domingo, 10 de octubre de 2010

EL LABERINTO DEL FAUNO

 Una excelente película que cumplió con mis expectativas gracias a esa cuidada fusión de tramas condensando lo real del contexto a lo imaginado y sorprendente, y a la resurrección de una fantasía atemporal pero cotidiana. Además, es fascinante en medida que presenta escenas nuevas, fundamentalmente, a la importancia del contexto donde ésta ha visto la luz. Ignorando este hecho, estaríamos ante un filme exquisito, meticulosamente cuidado y realizado con innegable habilidad, pero carente de esa chispa que lo convierte en esencial, en necesario. Nos encontraríamos ante una película que enlaza con naturalidad una dualidad existencial que hace coexistir dos mundos, dos planos dimensionales, sin provocar en ningún momento sensación de extrañamiento en el espectador, provocada no sólo por el hipnótico efecto de sus personajes sino también por la inevitable fascinación de los sentidos, en una fusión casi carnal con la belleza de los planos. Pero, volviendo a esa razón de ser que coloca  este filme en la historia de nuestro cine, debo mencionar que estamos también y por encima de todo, ante el retrato fiel y desgarrador de la realidad de la posguerra en España, centrada en el enfrentamiento entre un militar franquista y sus némesis, los maquis, refugiados en los mágicos bosques de un indeterminado lugar del norte. Bosques que también acogen a un sinnúmero de criaturas invisibles para el ojo humano simple, criaturas salidas de los sueños y los cuentos, protagonistas de esa otra cara de la película que, aunque parece darle sentido y caracterizarla, acaba por resultar una circunstancia más, una cualidad que no resta ni desvía un ápice de atención de la línea principal de su argumento.
En resumen una película muy recomendada, entretenida y amena que se ve sin esfuerzo, la cual cautiva gracias a su factura visual pero bajo la cual yace una historia terrible, terrible como lo son todas las guerras, con su contrapunto fantástico, poblado de un mundo mágico.

INDIANA JONES Y LA ÚLTIMA CRUZADA


Esta singular película estadounidense, cuyo formato lo encajamos en género de aventuras, fue dirigida por Steven Spielberg. No colmó mis expectativas pues me resultó bastante cansada y obvia. Porque, comparte la misma estructura narrativa con sus dos antecesoras. Las tres narran la búsqueda de un objeto de gran valor, tanto histórico como religioso y culminan en una elección, en la que Indiana tiene que optar entre el objeto buscado o una persona. Enfrentado a esta elección, y a diferencia de sus antagonistas, elige a la persona y no al objeto, dando cuenta de su transformación durante la búsqueda. Pero a pesar de su trama convencional y premeditada, no hay que restarle mérito a sus efectos muy bien sincronizados en cuanto a edición y sonido.


El prólogo de la película no altera esta estructura básica, puesto que las escenas iniciales de las tres películas proporcionan las pistas para entender la actitud de Indiana durante la película. Esa actitud que la propia búsqueda transforma y finalmente es rechazada por Indy. Sin embargo, el prólogo de La última cruzada no sólo proporciona pistas acerca de los eventos que se producirán durante el filme, sino que también proporciona datos para comprender al personaje a lo largo de toda la saga. Aparte de rasgos asociados a la apariencia o las fobias del personaje (el sombrero fedora, el látigo, la cicatriz en el mentón, el miedo a las serpientes), el prólogo introduce los dos modelos de Indiana en su relación con el pasado y sus tesoros.

CABARET

Cabaret es una película estadounidense del género musical; realizada en 1972, dirigida por Bob Fosse y protagonizada, entre otros, por Liza Minnelli, Michael York y Joel Grey.
A mi parecer, es un film sencillo en cuanto a su temática pero complejo en su sincronización musical adaptada a la trama. Presenta una temática sarcástica, debido lo hilarante de su guión liberal que pretende desenmascarar la sociedad de aquel entonces. Los espacios son bien utilizados pues muestra varios ambientes de la ciudad y en especial en el escenario del cabaret: iluminado, lleno de color; pero con un toque sombrío de misteriosa sensualidad.   
Utilizan imágenes sonoras en contradicción, pues cantan a sus necesidades y sueños. Aquello que anhelan tener y a través de sus canciones lo parodian a sus espectadores. De tal manera, Cabaret surgió cuando el cine musical ya estaba prácticamente desaparecido, e hizo que la gente se volviera a fijar en este género.

AMADEUS

En esta película, Milos Forman cuenta la vida de Wolfgang Amadeus Mozart narrada por su rival, Antonio Salieri. Particularmente, como temática no colmó mis expectativas, pues encontré varias escenas innecesarias y algo cansadas. Además con gran carga comercial que resta esteticidad al film.
Aunque Amadeus fue inicialmente una obra teatral, Forman transformó un texto teatral en un acertado matrimonio Cine-Música pocas veces visto antes. Música e imágenes deslumbran por la pantalla mientras los textos brillantes rebosan de humanismo y psicología. El enlace de los diálogos a través de la música crean una armonía perfecta y poética entre las situaciones y la narración en off convierte la música en un tercer personaje.  Ello ha dado por resultado a una película con un guión sólido en texto y efectivo como espectáculo cinematográfico, digno de resaltar también.
La temática, en forma general, resulta interesante por mantenerse artísticamente alejada de la realidad biográfica de Mozart. Y de manera majestuosa personifica a la misma muerte sobre aquel hombre misterioso y encapuchado que resultó ser su gran enemigo, Salieri, destruyendo al mismo Dios "asesinado" por un mediocre.

La asociación que hace el director personificando a Dios con Mozart, y a Salieri con el mismísimo Diablo, envuelven la trama en una historia apasionante con una atmósfera envolvente, pero, sobretodo es resaltante el lado efusivo de los compases melódicos que acompañan la temática, y consiguen emocionar a sus espectadores. El resultado es una imagen cinematográfica visualmente impactante y que recrea con gran virtuosismo el ambiente original del siglo XVIII. Además de ello también es resaltante los aspectos de sincronización con el tiempo, la manera en que se narra utilizando a lo largo de la película, las regresiones hacia el presente, y nuevamente hacia el pasado, con el viejo Salieri narrando la historia al padre Vogler. Sin lugar a dudas, tan acertadamente organizada que la convierten en una obra maestra.

ONE WEEK

Filmada en 1920, es uno de los primeros cortos que Buster Keaton filmó como protagonista, juega con esta idea mostrando como un simple cambio en los números de identificación de las partes de la casa  que altera por completo el resultado.
Independiente de otras interpretaciones o lecturas que se pueden hacer del cortometraje, particularmente lo considero entreteniendo, ya que me muestra una metáfora de jocosas contradicciones. Así por ejemplo el protagonista siempre quiere hacer las cosas bien, pero resulta en el lugar o memento equivocado y ello causa destino. O peor aún con personajes antagonistas que suelen complicarle más su finalidad, en este caso construir su casa. Pero a pesar de ello conserva siempre su sentido de vivacidad y esperanza junto a su compañera.


Lo más rescatable a mi parecer es la sincronía musical, suave pero intensa a la vez; los efectos son precisos y oportunos a la temática. Los encuadres están bien estructurados, muestran al actor en toda su expresión y sus gestos, o también las escenas que enfocan toda la casa o el camino. Ello da mayor sentido de amplitud a la temática.

EL GRAN DICTADOR

Una singular película cómica, colmó mis expectativas porque pude entender y valorar los recursos narrativos y expresivos utilizados por Charles Chaplin para mostrar el horror de los conflictos armados y el absurdo de los gobiernos fascistas y totalitarios.
Me atrajo la forma singular que tuvo Chaplin al parodiar con temas políticos, económicos y sociales del gobierno nazi de Adolf Hitler, convertido por él mismo en Adenoid Hynkel, dictador de Tomania. Por ello, sin duda la figura de Charles Chaplin como actor es trascendental a lo largo de toda la película porque ya es conocido por su genialidad.

A través de ello logré valorar los sentimientos, las motivaciones y los principios morales que mueven a los protagonistas de la película, divididos en dos grupos claramente diferenciados y enfrentados: los habitantes del gueto judío y el dictador Hynkel y sus colaboradores.
Al analizar la estructura narrativa del film, es importante resaltar los recursos que utiliza el director para indicar el paso del tiempo y la evolución de los personajes, así como la identificación y explicación de los referentes históricos, políticos y geográficos que aparecen en el film (las consecuencias de la primera guerra mundial, el antisemitismo, el auge de los regímenes totalitarios, etc.)
En cuanto al análisis de la forma visual del film, se aprecia un diseño de personajes muy bien repartido, ambiente y situaciones inusuales y jocosas; la banda sonora como recurso musical es sincronizada a la temática y no es cansada ni repetitiva. En suma los recursos narrativos y recursos técnicos como el tipo de planos, movimientos de cámara son utilizados con estrategia que hace de ésta una de mis comedias favoritas, en especial por considerar el mensaje de esperanza y de confianza en la paz, la justicia y la libertad de los hombres que propone la película, y teniendo en cuenta que fue escrita y preparada unos meses antes del inicio de la segunda guerra mundial. Toda una obra de arte.
A mi parecer, en esta película Charles Chaplin concibe al género cómico como su mejor forma de exaltación, al ejercer con su arte una crítica al maquinismo y a la mecanización de la sociedad, Chaplin se enfrenta en esta ocasión a un de los temas más dramáticos y preocupantes de la época, el auge de los regímenes totalitarios y la expansión del fascismo a Europa. Y lo hace desde una postura carente del más mínimo rastro de ambigüedad, con convicción y contundencia, una actitud que le provocaría muchos problemas, puesto que los Estados Unidos mantenían en aquel momento una posición neutral respeto al conflicto. Pese a las coincidencias que se establecen entre la película y el desarrollo de los acontecimientos históricos que tuvieron lugar de manera casi paralela (la invasión de Ostelrich por parte del ejército de Tomania y la invasión alemana de Polonia, por ejemplo), el origen de filme se remonta al año 1938. Chaplin, que estudió el dictador alemán Adolf Hitler durante cerca de dos años, definió el proyecto como un cóctel de drama, comedia y tragedia que retrataba la silueta grotesca y siniestra de un hombre que se cree un superhéroe y que piensa que sólo tienen valor su opinión y su palabra. El cineasta, de hecho, utiliza la figura de Hitler para realizar una brillante parodia de todas y cada una de las ideas políticas, culturales, sociales y económicas del nazismo, des la superioridad de la raza germánica hasta la sumisión incondicional del individuo a la comunidad.

CASA BLANCA

La película  estadounidense Casablanca dirigida por Michael Curtiz, logró su finalidad artística al cumplir con mis expectativas, ello gracias a su profundidad de las caracterizaciones, la intensidad de la dirección, el bien redactado guión y el impacto emocional de la obra en su conjunto.
En esta película prima el contexto conflictivo, su singular drama romántico que tiene como escenario  la ciudad marroquí, bajo el control del gobierno de Vichy y una lucha constante ante los nazis.
A mi parecer, la película ha mantenido su popularidad; por la sincronía en relación a su peculiaridad técnica y temática bien dirigida por su creador. Hay evidencia anecdótica que apunta a que Casablanca ha hecho más mella entre los cinéfilos que entre los profesionales de la industria cinematográfica. Por tanto es necesario resalta el  gran trabajo que realizó el director; a   través de los fondos musicales, los encuadres técnicos, planos y sobretodo a través de los diálogos entre los protagonistas y los secundarios. Ello coopera para mostrarnos carácter oculto: todos mienten para conseguir mantener sus sentimientos en el lado más oscuro de su corazón. Quizás todos esos sentimientos tienen mucho que ver con lo que los actores ocultaban, ya que tanto Ingrid Bergman como Humphrey Bogart actuaban tan sólo como actores contratados por los estudios de Warner Bros, dejando a un lado sus propias diferencias: Bogart y Bergman eran enemigos íntimos, se odiaban mutuamente, pero su profesionalidad les hace protagonizar una historia de amor en la que la química salta desde el principio, tal y como el guión, escrito sobre la marcha, pretende.
En conclusión Casablanca es un drama adaptable y de fácil entender,  que consigue emocionar a sus espectadores  bajo su singular metáfora de conflictos emocionales, propios de su época.