domingo, 10 de octubre de 2010

INDIANA JONES Y LA ÚLTIMA CRUZADA


Esta singular película estadounidense, cuyo formato lo encajamos en género de aventuras, fue dirigida por Steven Spielberg. No colmó mis expectativas pues me resultó bastante cansada y obvia. Porque, comparte la misma estructura narrativa con sus dos antecesoras. Las tres narran la búsqueda de un objeto de gran valor, tanto histórico como religioso y culminan en una elección, en la que Indiana tiene que optar entre el objeto buscado o una persona. Enfrentado a esta elección, y a diferencia de sus antagonistas, elige a la persona y no al objeto, dando cuenta de su transformación durante la búsqueda. Pero a pesar de su trama convencional y premeditada, no hay que restarle mérito a sus efectos muy bien sincronizados en cuanto a edición y sonido.


El prólogo de la película no altera esta estructura básica, puesto que las escenas iniciales de las tres películas proporcionan las pistas para entender la actitud de Indiana durante la película. Esa actitud que la propia búsqueda transforma y finalmente es rechazada por Indy. Sin embargo, el prólogo de La última cruzada no sólo proporciona pistas acerca de los eventos que se producirán durante el filme, sino que también proporciona datos para comprender al personaje a lo largo de toda la saga. Aparte de rasgos asociados a la apariencia o las fobias del personaje (el sombrero fedora, el látigo, la cicatriz en el mentón, el miedo a las serpientes), el prólogo introduce los dos modelos de Indiana en su relación con el pasado y sus tesoros.

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